Decía John Lennon que la vida es lo que te va sucediendo mientras tu haces otros planes y tenía razón.Planeas "qué seras de mayor", tu novio que luego pasara a ser marido(porque si, siempre planeas que durara toda la vida) cuántos hijos quieres tener, donde vivirás, e incluso el color del sofá que tendrás en tu preciosa casa.Pero los planes son sólo un dibujo en una servilleta de papel y por mucho que te empeñes, al final tus planes no importan al resto del mundo. Y puedes ponerle cabeza, corazón o un taco de servilletas emborronadas con sueños, que la vida tiene otros planes para tí.
Pero eso es vivir, ir disfrutando y plantando cara a esos planes que no habíamos planeado, a esas vueltas que da la vida para bien o para mal, lo queramos o no. Realmente no somos máquinas, no estamos programados, aunque a veces actuemos como si en realidad lo estuviéramos, como si una maldición fuera a caer sobre nosotros por saltarnos unas reglas de vida que nosotros mismos nos hemos impuesto, nuestra rutina.
También estamos condicionados por lo que la gente espera de nosotros, esperan que la niña estudiosa y formal no haga otra cosa que eso, estudiar, que el gamberro de turno no haga más que enlazar una gamberrada tras otra, intentando siempre superarse a sí mismo en sus maldades, que quien no a tenido éxito en sus amores vuelva a fracasar, y quien a vivido una vida alternativa no salga de su alternancia, de su rareza.
Pero es cuando esa niña estudiosa suspende un examen cuando realmente esta viviendo, cuando el gamberro hace una buena acción, cuando ese amor dura para siempre o cuando lo alternativo pasa a ser normal, en definitiva cuando experimentamos esos "otros planes que la vida tiene para nosotros", sin importarnos el resto y sin preocuparnos por aquel dibujo emborronado de nuestra servilleta de papel, creando improvisadamente un mantel entero, un mantel repleto de dibujos que probablemente se borraran para dar un paso inesperado a nuevas situaciones, a las situaciones que nos hacen vivir.
