Hay en muchos rincones del mundo, miles de mendigos escondidos; elegantes, con techo, pan y vino; pero carentes de amor y vacios por dentro.
Mendigos a los que les cuesta aceptar y expresar la necesidad tan grande que tienen de sentirse realmente queridos y valorados, todos, en algun momento somos mendigos; mendigos de cosas que no se deben mendigar, pues todos tenemos el derecho a ser valorados, a ser queridos.
Pero aún así son demasiados los corazones rotos; que aunque por fuera se ven elegantes y bien vestidos; realmente en su interior son corazones mendigos.
¿Cuántas veces hemos pasado por el lado de mendigos de amor y ni siquiera los hemos mirado?¿Cuántas veces hemos juzgado mal a personas que hacen lo que hacen, porque están hambrientos de cariño y afecto y nadie se los ha dado?.
Son esos momentos en que hemos perdido lo que más hemos querido, o simplemente no hemos encontrado lo que tanto esperabamos,cuando soñamos con que alguien pueda devolvernos esa ilusion.
Seamos de aquellos que son capaces de acabar con esa mendicidad.
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